¿De dónde vienen los niños?

Jejeje, cada vez me impresiona más mi hermanito. El hermanus pequeñus, comúnmente conocido como plasta, enano, mocoso, o Robert y Max en mi caso, nos hacen pasar unas malas pasadas que te cagas. Desde quedarte toda cortada en la cola del súper mientras tu hermanito querido la pifia haciendo el Batman por el pasillo de bollería, hasta cuando le da el chivatazo a tu madre de algo que hayas hecho. Y es que a estos especímenes no se les puede confiar nada, absolutamente nada, ni un vaso de agua, porque se lo beben de un trago. En resumen: son una lata. Y claro, en mi asco de vida, con dos hermanitos pequeños de diez y cinco años respectivamente pues la cosa no iba a ser para menos. Hete aquí uno de mis peores casos de "Asco de Vida"...

El otro día, yo felizmente estaba leyendo la Bravo en el sofá, en mi casa, cuando Robert, mi "queridísimo" (nótese el sarcasmo) hermano de diez años, vino a empezar a darme la lata. Que si me gustaba Justin Bieber, que si Los Protegidos era una mierda, que si Mario Casas nosecuanto...bueno, y voy yo y le pregunto cómo sabe todos esos rollos con diez años que tiene, y en ese momento entra mi madre al salón y va mi hermano y le pregunta: "Mamá, ¿de dónde vienen los niños?". A mí por poco no me da un patatús mientras que mi madre trataba de maquinar alguna de esas muchas invenciones para niños chicos, y finalmente le dijo que los niños vienen de París. Mi hermano se dio por satisfecho y mi madre, respirando aliviada, se fue del salón. Entonces mi hermano se giró y dijo: "Ya claro, a París es donde van los padres a hacerlo para tener a los niños luego..." Y se fue. Yo me quedé ahí, boquiabierta, a punto de empezar a gritarle como una histérica que decía unas barbaridades tremendas. Pero como vi que llegaba el peque Max, pues me callé y pensé...

¡ASCO DE VIDA!